A LOS PRESOS POLÍTICOS Y DE GUERRA DEL PERÚ SE LES VIENE APLICANDO LA PENA DE MUERTE ENCUBIERTA TRAS CONDENAS DE CADENA PERPETUA
Ante la opinión pública del Perú y del mundo decimos:
Desde el régimen de Fujimori en 1992 venimos denunciando la aplicación de un plan de aislamiento y aniquilamiento sistemático y sofisticado destinado a destruir a los prisioneros. Objetivo amparado en las modificaciones a la legislación antisubversiva con leyes como la 25475 y un conjunto de leyes ya derogadas tal la de traición a la patria y otras proscritas por la propia Constitución.
Trasgrediendo el derecho garantista y poniendo en primer plano un afán vindicativo ese gobierno introdujo la pena de cadena perpetua. Inconstitucional pena que para mantenerla introdujeron una supuesta temporalidad, que es “revisable a los 35 años de ejecución”. Pero tan cierto es que se busca exterminar a los prisioneros que luego, continuando la aplicación de un derecho penal del enemigo han puesto en práctica someterlos a tantos juicios como sean necesarios para imponerles doble y triple cadena perpetua buscando así garantizar que mueran en prisión.
Penas draconianas sumadas a las condiciones de exterminio de prisión aplicadas durante décadas especialmente contra los dirigentes del PCP van debelando la pena de muerte que subyace:
Año 2015, muerte de Margi Clavo.
Año 2020, muerte de Jorge Olivares
Año 2021, muerte de Víctor Zavala (a poco de salir de la prisión)
Año 2021, asesinato y desaparición de los restos del Dr. Abimael Guzmán.
Y siguiendo con esta línea genocida, en simultáneo con este suceso devastador, a nuestra compañera Elena le agravan las condiciones de prisión regresionándola en el régimen penitenciario, negándole ser atendida en su salud física y psicológica.
Y en las semanas que corren terminando este año 2021 el caso de salud de Margot Liendo, de pronóstico reservado, ha hecho saltar a la luz esta siniestra pena de muerte encubierta que pende sobre cada uno de los dirigentes.
Ya también Laura Zambrano ha denunciado que le postergan sistemáticamente la atención médica y los exámenes que necesita impidiendo así un tratamiento oportuno a su muy resquebrajada salud; lo mismo pasa con Edmundo Cox y Osmán Morote y con María Pantoja.
Transitamos ya el año del bicentenario de la república y el Estado peruano, y sus consecutivos gobiernos se han mostrado incapaces de dar pasos hacia la reconciliación, hacia la democratización de la sociedad peruana. Por el contrario el Estado se reaccionariza y el gobierno último, sucumbiendo a la ultraderecha predominante en el Congreso han hecho escarnio del vencido, llegando al acto sin nombre de secuestrar, incinerar y desaparecer las cenizas del Presidente Gonzalo, dejando vigente la monstruosa ley 31352.
Pero la lucha del pueblo no se detiene, y avanza en elevar su conciencia política. Fracasado el neoliberalismo, no es gratuita la exigencia de cambios expresada en la creciente demanda de Nueva Constitución con el pueblo y para el pueblo.
Perú, diciembre 2021 CNPPGP
Desde el régimen de Fujimori en 1992 venimos denunciando la aplicación de un plan de aislamiento y aniquilamiento sistemático y sofisticado destinado a destruir a los prisioneros. Objetivo amparado en las modificaciones a la legislación antisubversiva con leyes como la 25475 y un conjunto de leyes ya derogadas tal la de traición a la patria y otras proscritas por la propia Constitución.
Trasgrediendo el derecho garantista y poniendo en primer plano un afán vindicativo ese gobierno introdujo la pena de cadena perpetua. Inconstitucional pena que para mantenerla introdujeron una supuesta temporalidad, que es “revisable a los 35 años de ejecución”. Pero tan cierto es que se busca exterminar a los prisioneros que luego, continuando la aplicación de un derecho penal del enemigo han puesto en práctica someterlos a tantos juicios como sean necesarios para imponerles doble y triple cadena perpetua buscando así garantizar que mueran en prisión.
Penas draconianas sumadas a las condiciones de exterminio de prisión aplicadas durante décadas especialmente contra los dirigentes del PCP van debelando la pena de muerte que subyace:
Año 2015, muerte de Margi Clavo.
Año 2020, muerte de Jorge Olivares
Año 2021, muerte de Víctor Zavala (a poco de salir de la prisión)
Año 2021, asesinato y desaparición de los restos del Dr. Abimael Guzmán.
Y siguiendo con esta línea genocida, en simultáneo con este suceso devastador, a nuestra compañera Elena le agravan las condiciones de prisión regresionándola en el régimen penitenciario, negándole ser atendida en su salud física y psicológica.
Y en las semanas que corren terminando este año 2021 el caso de salud de Margot Liendo, de pronóstico reservado, ha hecho saltar a la luz esta siniestra pena de muerte encubierta que pende sobre cada uno de los dirigentes.
Ya también Laura Zambrano ha denunciado que le postergan sistemáticamente la atención médica y los exámenes que necesita impidiendo así un tratamiento oportuno a su muy resquebrajada salud; lo mismo pasa con Edmundo Cox y Osmán Morote y con María Pantoja.
Transitamos ya el año del bicentenario de la república y el Estado peruano, y sus consecutivos gobiernos se han mostrado incapaces de dar pasos hacia la reconciliación, hacia la democratización de la sociedad peruana. Por el contrario el Estado se reaccionariza y el gobierno último, sucumbiendo a la ultraderecha predominante en el Congreso han hecho escarnio del vencido, llegando al acto sin nombre de secuestrar, incinerar y desaparecer las cenizas del Presidente Gonzalo, dejando vigente la monstruosa ley 31352.
Pero la lucha del pueblo no se detiene, y avanza en elevar su conciencia política. Fracasado el neoliberalismo, no es gratuita la exigencia de cambios expresada en la creciente demanda de Nueva Constitución con el pueblo y para el pueblo.
¡Cadena perpetua es pena de muerte encubierta!
¡Anulación de la cadena perpetua en el Perú!
¡Libertad a los prisioneros políticos de ayer y hoy!
¡Nueva Constitución con el pueblo y para el pueblo!
Perú, diciembre 2021 CNPPGP
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