FRENTE A LA CAMPAÑA CONTRARREVOLUCIONARIA DEFENDER TRES DERECHOS FUNDAMENTALES DEL PUEBLO


Defendiendo con firmeza el camino del pueblo y su perspectiva hacia la revolución socialista, y denunciando el plan contrarrevolucionario de la reacción peruana capitalista para seguir oprimiendo y explotando, levantamos tres derechos fundamentales del pueblo que expresan nuestra posición marxista-leninista-maoísta, pensamiento gonzalo.

Derechos del pueblo a:

- Luchar por la reconquista de sus derechos y libertades conculcadas

- Luchar por participar en el poder a fin de defender sus derechos

- Luchar por construir un mundo nuevo sin opresión y explotación. 

El neoliberalismo impuesto por Fujimori negó y arrasó derechos y libertades fundamentales


A lo largo de estos 30 años de capitalismo neoliberal, el proletariado y el pueblo han ido perdiendo derechos y libertades conquistados hace más de 100 años, hundiendo a la sociedad peruana en crisis general y descomposición estatal que muestran el fracaso de este sistema explotador y opresor en el que se ha enriquecido más la gran burguesía a costa del empobrecimiento, enfermedad y muerte del pueblo trabajador, especialmente de obreros y campesinos.

El derecho a la vida fue negado con miles de muertos y desaparecidos por las fuerzas represivas en la guerra interna, hornos crematorios, mujeres violentadas y muertas con esterilizaciones forzadas, cientos de luchadores asesinados en estos 30 años, miles perseguidos y presos.

El abandono de la salud universal como un derecho popular ha llevado al infame crimen por Covid-19 de más de 150 mil peruanos según los datos del Sistema Informático de Defunciones; en abril cada 2 minutos murió un hijo del pueblo por la pandemia. Todos esos crímenes son obra del sistema que el fujimorismo ha implementado y defiende.

Desde los 90 con la dictadura fujimorista se impulsó la privatización de la educación concibiéndola como una mercancía más en el mercado con fines de lucro proliferando las escuelas y universidades privadas de baja calidad. Y con la actual pandemia la educación colapsó: alumnos y maestros sin acceso a internet, sin computadoras, sin capacitación para la emergencia y prácticamente un año perdido para nuestra niñez, pese a los inmensos esfuerzos de maestros, alumnos y padres. De ese nuevo crimen contra la niñez peruana responde el neoliberalismo y su representante, la heredera de la dictadura fujimorista.

La jornada de ocho horas conquistada con sangre, hoy es letra muerta pues se trabaja 10, 12 o más horas diarias sobreexplotando al trabajador y golpeando la integridad física de la clase y el pueblo. Así, la anemia infantil llega al 50 % de nuestros niños impidiendo el desarrollo pleno de todas sus capacidades. De este vil atentado contra infantes en sus cunas es responsable el neoliberalismo que la señora K defiende, aplica y promueve.

La inestabilidad laboral y la desocupación se han descargado ferozmente contra las masas. En los años 90 el fujimorismo despidió a 300 mil obreros y trabajadores y hundió la industria nacional. El segundo trimestre del 2020, según el Ministerio de Trabajo, el empleo adecuado fue solo de 16.6 % mientras el desempleo llegó al 8,8 % y el subempleo al 74.6 % de la población económicamente activa, es decir ¡el 83,4 % no tenía salario mínimo ni seguro de salud ni derechos laborales! La falta de trabajo digno para el pueblo es el problema más sentido del pueblo, lo que incluso le llevó a retar a la muerte rompiendo el confinamiento para llevar un pan a sus hogares. Esa criminal desocupación es hechura del capitalismo neoliberal que propugna la señora K.

La organización sindical ha sido perseguida y desacreditada habiendo disminuido cerca del 70 % en relación a 1990. El derecho de huelga en los hechos está prohibido pues casi toda huelga es declarada ilegal. Los trabajadores sindicalizados son amenazados, sancionados o despedidos con cualquier motivo promoviéndose el individualismo en contra de la solidaridad de clase de los trabajadores. Nuestros adultos mayores, sin derecho a jubilación y pensión, quedan en el abandono. De estas y más fechorías antipueblo responde el fujimorismo y los que prosiguieron aplicando el neoliberalismo.

Las libertades de pensamiento, expresión, propaganda, asociación, participación política fueron negadas con la compra sucia y control de los medios de comunicación, con la persecución por ideas a los marxista-leninista-maoístas, pensamiento gonzalo, con la persecución política y prisión a comunistas, revolucionarios y cuestionadores al capitalismo, con el impedimento que Movadef y Fudepp participen en la lucha política, con la implementación de un Derecho penal del enemigo opuesto al Derecho garantista. Así se ha ido conformando un Estado policiaco de falsa democracia y real dictadura de la gran burguesía con la participación plena de la señora K.

En cuanto a la pobreza, las cifras son groseramente manipuladas para hacernos creer hoy que solo existe 20 % de pobres en el país, y que hay otro grupo “vulnerable” que no es pobre porque tienen ingresos de hasta 584 soles mensuales. ¡Cómo esa población vulnerable no va a ser pobre si su ingreso es mucho menor al salario mínimo y no cubre las necesidades y servicios básicos! Según el Instituto de Economía y Desarrollo empresarial de la Cámara de Comercio, en sus propios términos señaló que para el 2016 la clase pobre alcanzaba el 29.5 % de la población peruana, la clase vulnerable el 34,2 %, la clase media 34,8 % y la clase alta 1,5 %. Clarísimo: un puñado de explotadores (1,5 %) se ha enriquecido a costa del restante 98,5 %; resaltando que los pobres suman 63,7 % (la suma de 29,5 y 34,2) por más que lo oculten diciendo que son “vulnerables” o “en condición precaria”. Ahora en medio de la cruel pandemia la pobreza se ha acrecentado y de eso responden Fujimori, Toledo, García, Humala, Kuczynski, Vizcarra, implementadores del capitalismo neoliberal.

Por todo eso y más, la lucha por reconquistar derechos y libertades es justa y necesaria.
 

El capitalismo neoliberal niega al pueblo su derecho a participar del poder


El año 1992 Fujimori dio un autogolpe de Estado sostenido por los militares, cerró el parlamento, intervino el poder judicial y con el control absoluto de los tres poderes estatales convocó un amañado Congreso Constituyente que redactó la espuria constitución neoliberal de 1993 permitiendo la venta al martillo a precio de regalo de los recursos nacionales y el saqueo fujimorista de seis mil millones de dólares.

Pasados 30 años, el neoliberalismo ha fracasado en el mundo y ha llevado al Perú a su actual crisis general y descomposición, con una corrupción generalizada que incluye a la señora K acusada por la Fiscalía de crimen organizado y lavado de activos, por lo que solicita 30 años de prisión.

Desde el año 2000, el Presidente Gonzalo planteó la necesidad de una nueva Constitución y en los años sucesivos otros lo fueron planteando hasta concretarse como una bandera popular que ha calado hondo en las masas populares. Hoy el reclamo de nueva Constitución a través de Asamblea Constituyente con el pueblo y para el pueblo resuena en todos los rincones de la patria.

17nov2020 
 
Sin embargo las clases dominantes encabezadas por el fujimorismo han actuado reprimiendo al movimiento popular. No es casual que líderes de la llamada izquierda radical estén presos y enjuiciados y que en el salvaje operativo Olimpo hayan apresado a más de 80 ciudadanos acusados de “terrorismo” sin que exista ningún hecho terrorista que pueda imputárseles. Pensaron que así conjuraban el pedido de nueva Constitución y garantizaban ganar las elecciones presidenciales. Pero les salió el tiro por la culata, la represión atizó el rechazo popular y hoy están desesperados porque temen perder el poder político y económico que han controlado corruptamente estas tres décadas, a más de terminar, la señora K y su pandilla, presos junto a sus jefes Alberto y Montesinos.

El pueblo tiene derecho a participar del poder político. No se puede aceptar que se persiga a los comunistas y revolucionarios, que se terruquee a todo opositor, se impida la participación política del Movadef y otros, se aprese abogados defensores de derechos fundamentales, se mantengan cientos de presos políticos. En el llamado mundo democrático acabamos de ver que la alcaldía de Santiago de Chile la ha ganado una joven de un partido comunista y en Bolivia dirige el gobierno el Movimiento al Socialismo y en muchos países hay grupos socialistas y comunistas con representantes en el parlamento.

Pero aquí el fujimorismo niega la participación a las organizaciones políticas del pueblo, y los jefes de la Dircote hacen campaña por su candidata y contra el socialismo cuando la ley lo prohíbe. Preguntémonos, ¿por qué se mantiene una policía antiterrorista? Es para mantener la persecución política a los que cuestionan el orden opresor y para justificar un presupuesto que bien podría usarse en tantas necesidades populares.

Una Asamblea Constituyente realmente popular no podrá concretarse mientras subsista la legislación electoral que está hecha para mantener los partidos de la burguesía e impedir la participación del pueblo; no podrá concretarse mientras haya persecución a dirigentes populares y haya cientos de presos políticos. Por ello reiteramos nuestra posición contra la persecución política macartista e inquisitorial a los marxista-leninista-maoístas, pensamiento gonzalo y por el derecho pleno a la participación política de las organizaciones populares.

Por todo eso y más, la lucha por participar en el poder es justa y necesaria.

Por el derecho del pueblo a rebelarse contra la opresión y transformar la sociedad


Fue la propia revolución burguesa francesa en la Declaración de los derechos del Hombre y el ciudadano de 1793, la que estampó con bellas palabras el derecho político fundamental por excelencia: “La resistencia a la opresión es la consecuencia de los otros derechos del hombre”, “Cuando el gobierno viola los derechos del pueblo la insurrección es para el pueblo, y para cada porción del pueblo, el más sagrado de sus derechos y el más indispensable de sus deberes.”

Comuneros con la destruida columna Vendôme

Hace 150 años la Comuna de París intentó acabar con el capitalismo y construir el socialismo; no lo logró pero dejó inmensas enseñanzas que permitieron, posteriormente, mantener la conquista del poder por el proletariado y el pueblo. Hoy, cuando el capitalismo neoliberal ha fracasado, tenemos más derecho a deshacernos de él.

Es bueno registrar cómo la opinión pública mundial sigue los últimos sucesos. La agencia RT el 21 de mayo difunde: “El Pacífico suramericano ya no es tan pacífico. Y Los Andes se han insurreccionado de manera consistente durante los últimos meses. Quién iba a imaginar hace dos años, cuando el uribismo y el pinochetismo dominaban la escena de sus respectivos países utilizando infames mecanismos como el paramilitarismo y el tutelaje constitucional, que el territorio andino sufriría este grado de convulsión, incluido un viraje estratégico.

No es casual que sea Perú el país que hoy sorprende en su campaña electoral.”
(Artículo: Convulsión en los Andes).

La inmunda campaña antisocialista del fujimorismo es infame. Es una ofensa a las comunidades campesinas que han practicado por siglos expresiones de socialismo agrario, es un agravio a las masas pobres que han levantado cientos de comedores populares en base a solidaridad socialista para enfrentar la pandemia, es un artero ataque a grandes personajes peruanos como José Carlos Mariátegui, César Vallejo, José María Arguedas defensores y practicantes del socialismo y el comunismo, es una afrenta a los cientos de millones de obreros y trabajadores que construyeron el glorioso campo socialista en el siglo XX.

Las clases dominantes pueden aceptar reformas a su sistema capitalista y de hecho lo hacen, pero jamás dejarán sus cuchillos de carnicero para degollar al pueblo. Hacerlo implicaría perder sus ganancias y suicidarse como clase. Cuando su sistema está en peligro buscarán impedirlo a cualquier precio pero será imposible detener el proceso histórico que marcha en dirección al socialismo. Ese es el nuevo modo de producción que el Perú y el mundo necesitan y esa es la razón por la que la tarea de los pueblos es hacer la revolución socialista.

Por todo eso y más, luchar por construir un mundo nuevo sin opresión y explotación es justo y necesario.

En conclusión, estos tres fundamentales derechos: a reconquistar derechos, a participar del poder y a hacer la revolución debemos enarbolarlos pues son base para acabar con la explotación y opresión capitalistas y emancipar al pueblo.


Mayo de 2021                              Comité Nacional de Prisioneros Políticos y de Guerra del Perú



Comentarios

  1. La lucha debe ser del pueblo al pueblo para ganar

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  2. Debemos prepararnos para la guerra política racista de los medios TV y prensa racionaria del capitalismo de la derecha criolla la lucha nace del pueblo al pueblo en las calles 24 regiones y lima tomarlo por la conquista de la clases obrera

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