¡VIVA LA LUCHA DEL PROLETARIADO Y PUEBLO PERUANOS!
¡LA SANGRE OBRERA RIEGA EL CAMINO
AL SOCIALISMO!
AL SOCIALISMO!
Las denuncias de los trabajadores sobre el pérfido régimen de trabajo muestran la razón de su lucha. Trabajan sin límite de jornada hasta por 12 horas diarias sin descanso ni protección en un clima soleado que quema la piel y es devorada por los mosquitos, reciben un escaso salario diario, sufren contratos cada mes o cada tres meses a través de “services” careciendo de estabilidad laboral, son maltratados por los capataces, no tienen baños ni agua potable para refrescarse, agotan el cuerpo y dañan las manos trabajando manualmente sin herramientas adecuadas, incluso aplican trabajo infantil y la gran mayoría carece de seguro, compensación por tiempo de servicios, vacaciones, licencia por maternidad y otros beneficios conquistados por la clase obrera. Al escucharles pareciera escucharse a José Carlos Mariátegui denunciando la explotación del proletariado agrícola en los años 20 del siglo pasado. ¡Cómo no van a protestar cuando los capitalistas y su gobierno quieren prorrogar ese inicuo orden legal!
Durante su protesta, denunciaron su hartazgo, miles se organizaron y movilizaron por las calles llegando a bloquear la carretera Panamericana con sus propios cuerpos y oponer gritos y piedras contra bombas y balas. El tránsfuga Fernando Rospigliosi, hoy vendido a la banda fujimorista, destiló su odio llamando delincuentes a los trabajadores por estas acciones y exigió más represión, similar a como hizo el empresario agroexportador Fernando Cilloniz calificando el reclamo obrero de “terrorismo puro” y llamando a “mano dura contra estos vándalos”, e igual a lo que dijo la CONFIEP, asamblea de los capitalistas, clamando por cárcel y represión.
El dos de diciembre en Chao, Virú, región La Libertad, muere el primer obrero de un balazo en la cabeza. La posterior investigación ha comprobado que el suboficial superior José Hoyos, miembro de la Unidad de Servicios Especiales (USE), fue el asesino del obrero. La bala había salido de su pistola de reglamento. Otros policías bajo su mando lo señalaron como responsable de la represión de ese día. Es decir: ¡Un mando policial dirigió la balacera! Recordar que la USE como la DIRCOTE son instituciones policiales especializadas en tortura y hasta asesinato de los que caen en sus manos. En esta zona norteña desde el 2006 actuaron grupos policiales llamados “escuadrones de la muerte” que hicieron ajusticiamientos ilegales y que fueron denunciados y procesados. Pero a esto nunca le llamaron “terrorismo” sino “delito de función”, como si su función fuera torturar y matar peruanos.
El día 30 de diciembre hay otra violenta represión. Un valiente reportero gráfico, Iván Orbegozo, captó en una extraordinaria foto el momento preciso en que el suboficial Víctor Bueno, protegido por otros policías, dispara a matar contra los obreros. Es de nuevo en Virú, La Libertad, a la hora en que caen muertos dos trabajadores. Esas son las fuerzas represivas que sostienen el caduco Estado peruano.
La lucha hasta hoy ha dado importantes frutos, no solo económicos y legales sino especialmente de organización y conciencia obrera. El pueblo ha marchado en las calles y la reacción ha temblado de miedo. La clase es más fuerte que ayer, su lucha y sangre abonan el camino al socialismo y confirman que solo cuando la clase obrera dirigida por su vanguardia conquiste el poder político podrá barrer la explotación capitalista y construir una nueva sociedad socialista de cooperación y bienestar para el pueblo.
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