DEFENDER LA SALUD POPULAR CON BONO UNIVERSAL, EQUIPAMIENTO DE HOSPITALES, CAMPAÑAS DE PREVENCIÓN Y DETECCIÓN, VACUNAS EFECTIVAS

Otra vez avanza la pandemia ante el abandono e incapacidad del actual gobierno y el parlamento para proteger la salud de la población. Y otra vez el pueblo la enfrenta luchando por sus derechos y rompiendo el confinamiento del hambre.

El 22 de noviembre, a menos de una semana de asumir el cargo, el gobierno de Sagasti endeudó al pueblo colocando bonos por 4 mil millones de dólares, de los cuales un bono de mil millones de dólares vence en más de 100 años, y otro de 2000 millones de dólares vence en el 2060. Pretexto: la pandemia y la reactivación económica. Así, un irresponsable presidente de paso por unos meses, ha endeudado a hijos, nietos, biznietos, tataranietos, trastataranietos sin que le tiemble la mano al firmar, como él mismo ha dicho. Y es obvio que este endeudamiento se cocinó con Vizcarra, siguió con el aval de Merino y el Congreso y lo concretó Sagasti. Así han asegurado el mayor saqueo del país.

A partir del 22 de diciembre el gobierno, para evitar la propagación del Covid-19, redujo el aforo en los comercios, cerró las playas, y extendió el toque de queda, así como prohibió el uso de autos particulares para las fiestas navideñas y de fin de año. También ha suspendido los vuelos de y hacia Europa y decretado la cuarentena de 14 días para los que lleguen al país. Puras restricciones, pero nada de bonos para el pueblo, ni compras de oxígeno ni nuevas camas UCI ni más personal en salud ni campañas efectivas de prevención y detección del mal en sus primeros síntomas.

En Gestión del 5 de enero, Jesús Valverde, presidente de la Asociación Peruana de Medicina Intensiva, afirmó que las camas UCI (Unidad de Cuidados Intensivos) llegaron a su máxima capacidad y que algunas UCI tuvieron que cerrar por falta de pago a los médicos. Solo hay 600 médicos intensivistas y se requieren 1400 más. Se requieren 2000 equipos de oxígeno de alto flujo y solo se tienen 450 de los cuales 150 son de fábrica y 300 artesanales.

Esa es la indignante situación a que nos han llevado los capitalistas, sus partiduchos y sus defensores. De nuevo la penosa realidad de tener que elegir entre quién vive y quién muere. Claro que con la abismal diferencia de si eres pobre o rico.

En Gestión del 6 de enero, el infectólogo Fernando Mejía de la Universidad Peruana Cayetano Heredia, señaló que, luego de la primera ola, en los niveles A y B la seroprevalencia era de 12 % mientras que en los estratos pobres era de 50 % (se llama seroprevalencia al porcentaje de población infectada). Es decir, los pobres se infectaron de Covid-19 ¡cuatro veces más que los ricos! Otro dato importante es que la seroprevalencia en el Perú está en torno al 30 %, en Lima 40 % y en el caso de Loreto supera el 70 %. Esos masivos contagios son responsabilidad del Estado por su abandono de la salud, por la corrupción generalizada, en síntesis por la descomposición y crisis general del capitalismo. Nada extraño, por tanto, que Perú fuera macabro campeón mundial en muertes por coronavirus.

El 6 de enero, Sagasti anunció la compra de 38 millones de dosis de la vacuna china de Sinopharm y 14 millones de la vacuna de AstraZeneca/Oxford, esta última a 3 euros la dosis. Ambas afirman que su eficacia es de un 80 % y son seguras. Sin embargo, la realidad es que las actuales vacunas son producto de una despiadada competencia imperialista para obtener el máximo de ganancias y algunas ni siquiera han terminado la tercera fase de los ensayos clínicos; incluso de lo que ha trascendido, su protección es por poco tiempo y habría que repetir las dosis cada cierto tiempo.

Exigimos que el Estado cubra las necesidades básicas en esta emergencia; que dé un bono universal digno y no los escasos montos distribuidos; que aplique la prevención y detección temprana para curar la enfermedad en sus inicios; que equipe los hospitales con más camas UCI, con personal sanitario indispensable, con el oxígeno necesario; que garantice la vacunación a tiempo y con seguridad; que sancione ejemplarmente a los que han robado y lucrado con la crisis sanitaria. Hoy mismo, otra vez están subiendo los precios de medicinas y protectores aprovechando el empeoramiento de la pandemia.

Al año de propagarse esta enfermedad, el pueblo ha aprendido a enfrentar los confinamientos de hambre y desocupación, ha retado a la propia muerte en defensa de su salud y derechos negados, se ha movilizado y luchado heroicamente contra la crisis económica y política demandando una nueva Constitución y Asamblea Constituyente, ha avanzado en desenmascarar el capitalismo y abrir camino al socialismo. Incluso ha aprendido a protegerse y curarse con remedios caseros y recientemente médicos peruanos han hecho un importante hallazgo terapéutico peruano que usa la radiofrecuencia para recuperar los pulmones colapsados por el coronavirus, tal como publica Clarín del 6 de enero. Y en primera línea de combate han estado y están los trabajadores de salud y limpieza, orgullo de la clase obrera.

La lucha educa y nuestro pueblo lo está comprobando. Solo el pueblo apoya al pueblo, la solidaridad y muestras de socialismo son expresiones excelentes de lo nuevo. La descomposición y crisis general de la sociedad peruana es una realidad innegable que, como contraparte, genera mejores condiciones para la lucha democrática que acabe con el neoliberalismo y abra paso a un nuevo modo de producción, el socialismo, dirigido por el proletariado, su vanguardia y su ideología científica.

Enero de 2021                                                                                                      Colectivo Trabajo

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