LA CLASE OBRERA ES REVOLUCIONARIA O NO ES NADA. ¡VIVA EL DÍA DEL PROLETARIADO INTERNACIONAL!





En este Primero de mayo nos reafirmamos:

LA CLASE OBRERA ES REVOLUCIONARIA O NO ES NADA

En el Día del proletariado internacional, saludamos al proletariado y los trabajadores del mundo por su permanente brega en defensa de los derechos del pueblo y su lucha incansable por emancipar a la clase obrera y a la humanidad de la explotación y opresión capitalistas, creando un nuevo mundo socialista.

En el documento Acerca de la historia del proletariado internacional, de 1994, el Presidente Gonzalo nos dice:
“Este primero de mayo me he preguntado, ¿cuál es la historia del proletariado?, ¿cómo está hoy el proletariado en el mundo, en nuestro país? Nosotros, los comunistas, somos su vanguardia, la parte más avanzada de la clase, su parte consciente y tenemos la obligación de reflexionar y estar claros en el proceso de la clase para sacar lecciones que nos permitan manejar su situación actual. Pensamos que la historia del proletariado es la historia de su ideología: el marxismo-leninismo-maoísmo; es la historia de su Partido: el Partido Comunista; y es la historia de su revolución: la revolución proletaria mundial, esto es su lucha por instaurar la dictadura del proletariado, construir el socialismo y marchar al comunismo.”

Carlos Marx, el fundador del socialismo científico, en el inmortal Manifiesto del Partido Comunista, afirma:
“Los comunistas consideran indigno ocultar sus ideas y propósitos. Proclaman abiertamente que sus objetivos sólo pueden ser alcanzados derrocando por la violencia todo el orden social existente. Que las clases dominantes tiemblen ante una revolución comunista. Los proletarios no tienen nada que perder en ella más que sus cadenas. Tienen, en cambio, un mundo que ganar.”
                                       ¡PROLETARIOS DE TODOS LOS PAISES, UNIOS!”

Marx nos enseñó que el proletariado es la última clase de la historia, la única auténticamente revolucionaria, pues carece de propiedad privada de los medios de producción y le corresponde históricamente ser el sepulturero de la burguesía, acabando para siempre la explotación del hombre por el hombre. Y para ello necesita Partido Comunista con ideología proletaria que dirija la revolución.

El 18 de marzo de 1871, la clase obrera francesa dirigiendo al pueblo parisino, se lanzó a conquistar el cielo por asalto en la imperecedera Comuna de París. En solo 10 semanas mostró  que la clase estaba madura para conquistar el poder, que el socialismo era factible y no utopía, que necesitaba partido comunista para garantizar una dirección correcta. La Comuna fue aplastada por la contrarrevolución, pero sus principios son eternos. El 2021, en todo el mundo, celebraremos los  150 años de esa grandiosa gesta.

Lenin, aplicando creadoramente el marxismo y elevándolo a una segunda etapa, dirigió triunfalmente la Gran Revolución Socialista de Octubre abriendo la nueva era de la revolución proletaria en 1917. El socialismo se concretó en la gran Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas trayendo paz a las cabañas, pan a los hambrientos, educación a los analfabetos, salud al pueblo, pleno empleo a los trabajadores, vivienda a los necesitados, bienestar a las masas populares, ganándose el cariño infinito de la clase obrera y los pueblos del mundo así como el odio profundo de las clases explotadoras y opresoras.

Bajo la dirección del glorioso Partido Comunista bolchevique, la URSS desarrolló la construcción del socialismo, venció heroicamente al fascismo hasta aplastarlo en su propia guarida en Berlín, abonó el terreno fértil de la revolución mundial con la sangre de 20 millones de sus mejores hijos que dieron sus vidas en defensa de la patria socialista, dio a luz el campo socialista que a fines de los años cincuenta abarcó a la tercera parte de la humanidad.

En China, el Presidente Mao dirigiendo el grande, glorioso y correcto Partido Comunista de China y elevando el marxismo a una nueva, tercera y superior etapa, desenvolvió una guerra popular prolongada del campo a la ciudad aplastando al imperialismo japonés y a la contrarrevolución nativa hasta alcanzar la victoria en 1949, haciendo de su inmenso país una nueva base roja del naciente campo socialista. En esa gran epopeya, millones de obreros y trabajadores inmolaron sus vidas sirviendo al pueblo de todo corazón.

En pocos años de transformación revolucionaria, China dejó atrás el atraso de centurias convirtiéndose en un poderoso país socialista, centro y base de la revolución mundial. En los años sesenta, la Gran Revolución Cultural Proletaria generó el más grande movimiento de masas de la historia, revolución de trascendencia estratégica que golpeó al revisionismo y resolvió el problema de la continuación de la revolución bajo la dictadura del proletariado.

Así, el movimiento del proletariado internacional con la URSS, China y el vigoroso campo socialista junto al movimiento de liberación nacional de Asia, África y América Latina hicieron del siglo XX una época en la que nació una nueva era que llevó al desarrollo y ascenso de la revolución proletaria mundial.

Como contraparte, la acción del imperialismo, el revisionismo y la reacción mundial generó dos grandes derrotas del proletariado. La primera en 1956 en la URSS, con el golpe contrarrevolucionario de Jruschov atacando a Stalin, y la segunda en China en 1976, con el golpe revisionista de Teng a la muerte del Presidente Mao; ambos con el pérfido objetivo de acabar con el socialismo y restaurar el capitalismo. Desaparecido el campo socialista por la acción revisionista, el imperialismo y la reacción desataron su ofensiva contrarrevolucionaria general, un plan del infierno, que, con los sucesos de 1988-1991, implicó el repliegue político general de la revolución mundial y el fin de una primera gloriosa etapa de la revolución proletaria mundial; pero a su vez, simultáneamente, la gestación de una segunda etapa que cada día se desarrolla más.

En este siglo XXI hemos vivido la más grande y grave crisis del sistema capitalista en globalización; nunca antes la humanidad ha visto tanta vil explotación en la que un puñado de multimillonarios y monopolios imperialistas domina el  mundo. Según la organización británica OXFAM, ¡42 individuos ricos tienen una riqueza igual a la que tienen 3 900 millones de personas, la mitad de la humanidad!, ¡el 82 % de la riqueza mundial va a manos del 1 % de estos multimillonarios! 

Ahora el mundo está azotado por la pandemia del COVID-19 que ha causado ya más de 200 mil muertos y se anuncia que vendrá una catastrófica “pandemia alimentaria”. Eso no es cierto, ¡la pandemia del hambre ya existe! El 2019 murieron ¡tres millones de niños por desnutrición, por hambre crónica! ¿Cuántos más deben morir para satisfacer a los vampiros guerreristas del imperialismo? Ya Trump dijo hace un mes que él habrá hecho un buen trabajo si mueren cien mil en Estados Unidos por el coronavirus. Y ante la recesión actual en los países capitalistas, los gobiernos imperialistas sostienen que para el 2021 la superarán rápidamente, pues sueñan con descargar la crisis sobre los hombros del proletariado y las masas populares, en medio de la muerte por COVID-19 y su anunciada pandemia del hambre. ¡Qué les importa la suerte del pueblo si a su costa pueden garantizar sus riquezas!

Mas “los sueños, sueños son”. La clase obrera y los pueblos con la gran experiencia revolucionaria acumulada, defenderemos nuestros derechos; combatiremos contra el hambre, la desocupación, el abandono, la corrupción, las ilusiones en las elecciones burguesas; lucharemos por mayores salarios, por alimentación, techo, educación, salud para el pueblo; levantaremos el fundamental derecho a rebelarnos contra la opresión. Frente a la crisis y los vientos de guerra mundial opondremos la lucha antimperialista y la revolución socialista.

En nuestra patria, la pobreza y el hambre se siguen ensañando con el pueblo. La crisis, agravada con la pandemia, desnuda el fracaso del neoliberalismo que arrasó los derechos del pueblo a la salud, educación, techo, organización sindical y política, mayores salarios, jornada de 8 horas, mejores condiciones de trabajo. Ahora, en medio de una corrupción generalizada, pretenden calmar a las masas sin comida y sin trabajo dándoles unos insuficientes subsidios a solo una parte de ellas. No debemos permitirlo. Exigimos que se cubra íntegramente la alimentación del pueblo y los servicios básicos mientras dure el confinamiento, aportes e impuestos extraordinarios a las grandes empresas para soportar la pandemia, que se suspenda todo despido de los trabajadores, que se permita el funcionamiento de los mercados populares y no solo de los supermercados, que se dote de computadoras a los maestros y trabajadores que deben trabajar desde sus casas, que se atienda a los presos en las hacinadas cárceles del país y se dé libertad domiciliaria a los vulnerables.
Solo la lucha educa realmente a las masas. Y la lucha enseña que solo con ella se logran conquistas para el pueblo. Nada favorable al pueblo podemos esperar de la gran burguesía peruana y su Estado opresor.  La real pandemia es el capitalismo, hay que combatirlo y acabar con él en el Perú y en el mundo y la solución solo la podemos alcanzar con una revolución socialista, dirigida por la vanguardia consciente y organizada de la clase obrera, que conquiste el poder para el proletariado y el pueblo, que confisque a los confiscadores sus propiedades y ganancias mal obtenidas de la explotación de la clase obrera y los trabajadores, que reemplace el egoísmo burgués por la solidaridad y la cooperación; en síntesis, construyendo un Perú nuevo dentro de un mundo nuevo.
Los prisioneros políticos y de guerra del Partido Comunista del Perú, en esta fecha especial, saludamos muy especialmente con el más profundo respeto y cariño al Dr. Abimael Guzmán Reinoso, Presidente Gonzalo, nuestra jefatura, el más grande y preclaro hijo del proletariado peruano, ejemplo vivo de comunista hasta el fin. Exigimos respeto a su salud y vida y reafirmamos nuestro compromiso de luchar por su libertad.

¡VIVA EL DÍA DEL PROLETARIADO INTERNACIONAL!

¡ABAJO EL CAPITALISMO! ¡VIVA EL SOCIALISMO!


1° de mayo 2020
COMITÉ NACIONAL DE PRISIONEROS POLÍTICOS Y DE GUERRA DEL PERÚ



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