En el mundo, la bipolaridad EE.UU-China se desarrolla en medio de la antesala de una tercera guerra mundial imperialista. Por su parte, EE.UU impulsa la guerra para mantener su condición de superpotencia que domina el mundo, mientras que su contendor China, prefiere postergar el conflicto buscando hacerse cada vez más fuerte en todos los planos, incluido el militar.
Uno de los puntos de mayor contienda entre las potencias es la Venezuela antimperialista que, pese a todos los furiosos ataques, criminales planes y medidas de Trump y sus lacayos, resiste porque tiene apoyo popular y respaldo de sus Fuerzas Armadas. Dentro del plan norteamericano de recuperar su zona de influencia en América Latina, EEUU ha aplicado una serie de medidas económicas contra Venezuela buscando, como ha dicho su secretario de Estado Pompeo, “asfixiar la economía para que se genere el caos”. Esa guerra sin armas convencionales que allí aplican desenfrenadamente es la verdadera causante de miles de muertos, de cientos de miles de desplazados, de la brutal crisis económica que allí se vive.
Desde comienzos de año organizó una nueva arremetida que consideraba definitiva para apoderarse de Venezuela y sus inmensos recursos naturales. El petróleo, el oro, el coltán, eran el botín codiciado. Moviendo a un títere como Guaidó que se autoproclamó Presidente de la República, los yanquis promovieron su reconocimiento internacional, desconociendo al legítimo gobierno venezolano salido de elecciones en las que la “oposición” se negó a participar pues ya tenía preparado el libreto golpista.
Pero las cosas no salieron como previeron aun cuando montaron una desaforada campaña desinformativa a través de las grandes cadenas noticiosas. China y Rusia en sus contiendas con EE.UU se opusieron a las maniobras desestabilizadoras, pero principalmente la resistencia heroica del pueblo venezolano es la que ha frenado por más de 9 meses la feroz arremetida contrarrevolucionaria del imperialismo mundial.
No hace mucho la ACNUR, organismo de la ONU para los refugiados, excluyó a Venezuela de los 5 países con mayor número de emigrantes, generando una grita absurda de quienes habían vociferado por todos los medios que nunca en la historia mundial había habido tantos millones que huían de un régimen dictatorial. Sin embargo las cifras no mienten. Datos oficiales diversos comprueban que el país con más emigración en América es Colombia y según el gobierno de Maduro viven en Venezuela cerca de 5 millones de colombianos. En Perú más del 10 % de su población ha emigrado a otros países mientras en cambio se calcula que al 2018, en medio de la campaña antivenezolana, un 7 % de su población había emigrado; es decir mucho menos que Colombia y Perú que son los países que más venezolanos han recibido. ¿Cuál es la trampa que utilizan? Por ejemplo, a un venezolano que viaja a Bolivia lo cuentan como si fueran cuatro pues ingresó a Colombia, Ecuador, Perú y Bolivia. Así cuentan “millones que escapan” de Venezuela.
Otro dato risible al que dieron cobertura “científica” en conocidos medios noticiosos como Efe o El Mundo, fue el de que “Según la Encuesta de Condiciones de Vida, el peso promedio de los venezolanos fue 11 kilogramos menor en 2017 que un año antes, y en 2016, ocho kilos inferior al de 2015.” O que “‘La pérdida de peso no se ha detenido, y anticipamos que este año va a ser mayor’, dijo a Efe Pablo Hernández, nutricionista del Observatorio Venezolano de la Salud” y noticias como la de que el 87 % está en pobreza pero “solo” el 61 % se acuesta con hambre (publicado por El mundo, de España). Pongamos un ejemplo ilustrativo: Si María pesaba 56 kilos el 2015, entonces pesaría 48 kilos el 2016, 37 kilos el 2017 y probablemente a estas alturas la pobre María se habría evaporado. ¿Y si fuera un niño de 18 kilos el 2015? Según sus datos “científicos” el 2017 pesaría ¡menos de 1 kilo!
Es cierto que el bloqueo golpea principalmente a las masas pobres, pero es también cierto que en Venezuela se han distribuido gratuitamente casi 3 millones de viviendas a estas masas, se reparten millones de cajas con alimentos que garantizan la alimentación diaria de los pobres, los servicios son de un costo muy bajo y lo principal es que el pueblo está organizado, lo que le da una fortaleza que multiplica sus fuerzas y capacidad de resistencia.
EEUU ya ha pensado en un bloqueo naval e incluso una intervención militar en tierra venezolana contando con el apoyo desvergonzado de la más retrógrada derecha venezolana que pide la intervención militar extranjera contra su país. La traición a la patria y a su pueblo para defender sus bolsillos y mezquinos intereses es de una bajeza despreciable.
Los pueblos latinoamericanos debemos defender al pueblo de Venezuela. Basta de intervenciones imperialistas en América Latina. Ni América ni el mundo necesitan al imperialismo, ni yanqui ni chino ni ruso, lo que necesitan es acabar con él, el imperialismo debe ser y será derrotado por los pueblos del mundo.
La Venezuela popular seguirá defendiéndose y resistiendo, más la solución real para el pueblo venezolano es hacer la revolución proletaria socialista, construir el socialismo y, junto a todos los pueblos del mundo, marchar rumbo al comunismo.
Setiembre 2019
Colectivo Trabajo