LA PERSECUCIÓN POLÍTICA NI LA REPRESIÓN IMPIDEN LAS LUCHAS DEL PUEBLO

La persecución política ni la represión
impiden las luchas del pueblo

El 2009, hace casi 10 años, se formó el Movimiento por amnistía y derechos fundamentales. Asumiendo como guía la ideología del proletariado, este movimiento se abrió paso para actuar en la lucha política peruana desenvolviendo campaña por los derechos fundamentales del pueblo y recolección de firmas para su inscripción política.

Cumplidos todos los requisitos legales y las firmas requeridas, cuando iba a procederse a la inscripción en diciembre del 2011, una violenta campaña dirigida por la ultraderecha y repicada por sus medios de comunicación impidió tal inscripción. Razón que dio el Jurado Nacional de Elecciones: “dicha organización política se define como un organismo que adopta un principio (marxismo-leninismo-maoísmo, pensamiento gonzalo) cuyo seguimiento implica actos violentos contrarios a la Constitución Política del Estado". Y aunque la Constitución Política dice expresamente que en el Perú no hay persecución por ideas, simplemente la consideran letra muerta cuando se trata de defender el orden de explotación capitalista.

Antes de esa campaña, el Movadef era conocido sobre todo por las masas. Mas, luego de ella, el movimiento ocupó las primeras planas no solo del país sino internacionales y consiguió despertar gran interés en más amplios sectores. Le aplicaron además una sistemática campaña de “terruqueo”, como siempre atacando a los abogados que lo encabezaban por ser defensores de los dirigentes subversivos, como si eso pudiera inhabilitar a un ciudadano peruano. Bien sabemos que el ejercicio de la profesión del abogado es precisamente la defensa, (aunque en estos días volvemos a ver otro despropósito en su reaccionario proyecto de ley que apunta a desaparecer esta garantía del derecho demoliberal). Las acusaciones de la derecha ultrista no tenían el más mínimo sustento pues esta organización no existía en la época de la violencia armada y desde que se fundó no hizo ninguna acción que haya sido considerada violenta. Lo real y concreto es que la persecución a lo nuevo, como es ley en todo el mundo y en toda época histórica, lo único que consiguió fue que el Movadef no solo resistiera sino que se fortaleciera y creciera porque representa una clara posición al servicio del pueblo.

El 2014, en un aparatoso operativo policial mediatizado, llamado “Perseo”, fueron detenidos más de 30 integrantes del Movadef, la mayoría jóvenes, acusados de “apología al terrorismo” y hasta “pertenencia a organización terrorista”, acusaciones traídas de los cabellos amparadas en la “inteligente” policía política Dircote y su ministro de turno que sostenían que “Sendero es igual a Movadef”. Por supuesto que su acusación fue desbaratada y los activistas fueron liberados, pero la advertencia era clara y la persecución es ahora judicial. En este interín, víctima del asedio y persecución contra su encomiable labor fallece el Dr. Manuel Fajardo; y es recién el 2018, en el juicio contra los promotores del periódico Amnistía, que los jueces pegados a derecho sentenciaron que no había delito de apología y los acusados del Movadef, incluido el Dr. Alfredo Crespo, fueron absueltos.
Desapareció el Movadef? De ninguna manera, sigue pugnando del lado de los de abajo a quienes se debe y representa.

El 2015, un grupo de jóvenes con hondo sentimiento de pueblo, conformaron el Fudepp, nuevo organismo democrático defensor de los derechos del pueblo que amparado en su derecho a participar políticamente en la sociedad peruana, agrupando a otras organizaciones populares recolectó más de medio millón de firmas para inscribirse, pero es simplemente vetado y rechazado por los organismos oficiales impidiendo que pueda participar en las elecciones del 2016. Argumento: NINGUNO; solo una manida campaña de criminalización de la lucha popular contra quienes cuestionan la opresión y explotación del sistema capitalista. ¿Acabaron con el Fudepp? No, esta organización ha crecido más, ganando especialmente a la juventud rebelde y transformadora.

La persecución siguió extendiéndose contra los maestros del Sutep que llevó adelante el 2017 una contundente huelga que remeció la capital haciendo temblar a los reaccionarios de toda índole. Una campaña de “apología al terrorismo”, “infiltración terrorista”, “maestros terrucos” fue moneda del día y derivó en un posterior despido de cientos de maestros, sanciones administrativas y descuentos por doquier. ¿Acabó con el Sutep? No, el magisterio resiste y combate contra los despidos, sanciones y descuentos, persiste en su organización clasista y se prepara para superiores jornadas de lucha.

Sucesivas y masivas luchas populares como las de Tía María, Las Bambas, Puente Piedra, entre muchas otras, fueron también tildadas de “violentistas”, “terrorismo minero”, “senderistas”, sus dirigentes fueron detenidos, reprimieron con militares y hubo muchos muertos y heridos. Hace poco apresaron al compañero Aduviri como antes al compañero Santos pese al gran caudal electoral que han obtenido. Pero ¿esta criminalización ha destruido o rendido al movimiento popular? No, este persiste y alcanza nuevas conquistas. Ahí tenemos en las últimas horas a los compañeros obreros mineros protestando en Lima contra el Plan de Productividad y Competitividad, de corte claramente antilaboral. Y a los estudiantes sanmarquinos contra la política también neoliberal opuesta a la educación del pueblo. La represión policial y mediática que lanzan contra estas luchas, otra vez más, no impedirá sus justas luchas.

No olvidemos tampoco que la persecución política se ha ensañado contra los muertos llegando a demoler los nichos de los presos revolucionarios que fueron vilmente asesinados en la cárcel de El Frontón el año 1986. Mas la incansable brega de los familiares no ha decaído sino que prosigue en defensa de sus hijos héroes. ¿Esta barbarie acabó con el recuerdo histórico de la heroicidad derrochada en ese tiempo? No. Cada vez más la verdad histórica se abre paso demostrando la política genocida que aplicó el Estado peruano contra el pueblo en la guerra interna. ¿O no se ha ido el cobarde aprendiz de führer Alan García bañado en sangre popular perseguido hasta su muerte por la imborrable presencia de los combatientes que mandó matar? ¿O acaso no está demostrado ya que emulando a los nazis, las Fuerzas Armadas implantaron hornos crematorios incluso en la capital de la república para incinerar a comunistas y revolucionarios? Nada impedirá el avance popular por muchas vueltas y revueltas que haya en el camino; ya antiguos cristianos perseguidos en las catacumbas, devorados por leones en los circos romanos, despedazados y crucificados vivos, supieron resistir y perdurar. Por más odio y revanchismo que apliquen las clases explotadoras, su persecución no prosperará.

La criminalización en el Perú no se detiene y busca hoy especialmente, impedir la participación política de sectores y organizaciones realmente consecuentes con los intereses de las masas trabajadoras. Tienen pánico cuando oyen hablar de nueva Constitución, de Asamblea Constituyente, de tribunos populares. Por ejemplo, la ONG Waynakuna es una muestra de ello; una de sus últimas “tareas” ha sido presionar para que le quiten el reconocimiento que le hicieron en el Congreso al conocido cantautor peruano Walter Humala. Claro, cumpliendo su triste rol antipueblo es como se llenan los bolsillos. Con suma ignorancia atacan de “terrucos” a los que plantean nueva Constitución, golpeando así también a gran cantidad de sectores populares, democráticos y hasta facciones de la derecha que consideran que la actual Constitución fujimorista debe ser desechada y debe hacerse una nueva.

Lo objetivo es que el país enfrenta una crisis general económica, política y social atravesada por la corrupción, como lógica consecuencia de la aplicación de 30 años de neoliberalismo. En esta situación, las facciones de la gran burguesía pugnan y se coluden, pugnan por quién se lleva más ganancias y se coluden para defenderse ante el rechazo del pueblo. Ante esta crisis general del sistema capitalista ¿qué salida corresponde? Lo que cabe en perspectiva es transformar de raíz el actual sistema construyendo un nuevo orden socialista. Para ello luchar hoy por la democratización de la sociedad peruana e impulsar una nueva Constitución a través de una Asamblea Constituyente con el pueblo y para el pueblo, cuyo centro es la abolición del régimen económico del neoliberalismo. Ese es el camino para avanzar en la emancipación del pueblo.

Lima, setiembre del 2019

Círculo Político Carlos Marx