¡BASTA DE ODIO Y VENGANZA!




QUE EL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL DECLARE INCONSTITUCIONAL LA NEFASTA LEY DE CEMENTERIOS QUE JUSTIFICA LA DESTRUCCIÓN DE NICHOS EN COMAS

Hace 33 años más de 300 prisioneros fueron asesinados en un solo día por una sola orden, un solo hecho, el más execrable de la política genocida del Estado peruano, orden dada por Alan García Pérez. Un 19 de junio en 1986, ante los ojos del mundo volaron en mil pedazos el Pabellón Azul en El Frontón, mientras hacían lo propio en el Pabellón Industrial en el penal de Lurigancho y asaltaban ametrallando el penal Santa Bárbara con nuestros seres queridos dentro.

Y para hacer infinito nuestro sufrimiento desaparecieron sus restos, mal sepultaron clandestinamente a una parte y de otros hasta hoy ocultan su paradero.
33 años después los restos de cuántos prisioneros ha entregado la Fiscalía a los familiares? menos del 10%!

Y todo este dolor les parece poco pues habiendo entregado en el 2016 los restos de 8 asesinados, una vez que fueron sepultados en un cementerio de Comas, las facciones más recalcitrantes de la derecha peruana fabricaron un “peligro”, montaron un fantasma del miedo y ayudados por sus medios afines clamaron por una ley exprés que les facultara la demolición de los nichos. Y otra vez, como ayer volaron en mil pedazos los modestos nichos que albergaron los vestigios humanos tan amados y llorados por sus padres, hermanos, esposas, hijos, amigos…
Por citar solo un caso: Juan Carlos tenía 21 años cuando fue asesinado. Su padre, un destacado artesano de la madera, en su incansable lucha por darle sepultura dijo ante el tribunal poco antes de morir pobre y enfermo:

Con tanta lucha recuperé pedazos de huesos calcinados de mi hijo… y a mi hijo no lo dejan descansar ni muerto. Siguen revoloteando, siguen soplando sus cenizas.
¿A quién le molesta el resto de mi hijo en el cerro? ¡A nadie! ¡Por favor que dejen ya descansar en paz! ¿Por qué tienen que demoler nuestros humildes nichos? familiares hemos sacrificado domingo en domingo, semana en semana haciendo pequeñas actividades para mandar a construir eso, para ellos fácil es demolerlo, desaparecerlo.


Por ello decimos con justicia:
Basta de odio y venganza que alcanza a los familiares, que se declare ya la inconstitucionalidad de la Ley de Cementerios que ordenó la demolición de los nichos de nuestros seres queridos.




Perú, setiembre del 2019