Resulta paradójico constatar que
mientras las clases dominantes hablan de un Perú que avanza hacia el primer mundo,
la pobreza se incrementa y los niveles de anemia infantil son mayores al 40 %, cifra que según la Organización Mundial de la Salud
(OMS) representa un problema de salud pública. Datos que evidencian la profunda crisis general, en lo
económico y en lo político, que vive la sociedad peruana capitalista y que
afecta sobre todo a los más pobres del Perú.
La economía peruana está estancada y su
perspectiva de desarrollo es incierta; más si no han definido un nuevo plan de
desarrollo económico, que es su necesidad, y mantienen el anterior plan, ya
fracasado, basado en la exportación de minerales. En consecuencia, disminuye el
ingreso real de las mayorías populares lo que evidencia la mayor explotación
que soportan el proletariado y el pueblo, y, como contraparte, significa el
mayor incremento de la riqueza para el puñado de grandes burgueses.
Según la Encuesta Nacional de Hogares, realizada por
el INEI, la tasa de pobreza
monetaria se elevó en el Perú el año pasado a 21,7 %. Esto significa que
375 mil peruanos son ahora pobres y forman parte de los 6’900.000 pobres del
país (esto según datos oficiales pues la pobreza realmente es mayor).
En
el Perú la pobreza tiene un rostro definido. En primer lugar, los más pequeños
de los hijos del pueblo son los más afectados: en el 2017 la pobreza
afectó a uno de cada tres niños menores de cinco años de edad;
pero si analizamos las áreas rurales, la proporción de pequeños que viven en
estas condiciones sube hasta un 58 %, según la
Encuesta Nacional de Hogares que realiza el INEI. El INEI además da cuenta de que durante el año
pasado, en Lima Metropolitana la pobreza monetaria aumentó de 11 % a 13,3 %,
alcanzando a 180 mil personas, resultado que representa la mitad
del avance a nivel nacional. Según área de residencia, la
pobreza extrema (quienes viven con ingresos menores a 183 soles) afectó al 12,8
% de la población del área rural; en
el área urbana aumentó en 0,3 puntos porcentuales e
incidió en el 1,2 % de esta población. El estudio señala también que los
mayores niveles de pobreza extrema, por áreas geográficas, se registraron en la Sierra
rural (14,9%), seguido de la Selva
rural (11,1%) y Costa rural (3,4%). En tanto la pobreza
afectó al 44,4% de la población rural, incrementándose en 0,6
puntos porcentuales respecto al año anterior, afectó al 15,1%
de la población urbana, es decir, 1,2 puntos porcentuales más
que en el año 2016.
¿De qué pobreza habla el INEI? De pobreza monetaria, de la población que
subsiste gastando menos de 338 soles mensuales; monto que, según la metodología
del INEI, “permite cubrir las necesidades básicas alimenticias y no
alimenticias”. Esta medición es incompleta y distorsiona la realidad, porque no
incluye gastos en transporte, comunicaciones, vivienda, servicios básicos,
muebles y enseres, educación, salud, esparcimiento, etc.
Situación que se evidencia cuando comparamos
algunas cifras oficiales: la pobreza monetaria en Madre de Dios es de 4,6 %, cifra
que ubica a este departamento en el penúltimo lugar de la pobreza monetaria,
pero registra anemia infantil de 57,3 %; mientras que Pasco, departamento
minero desde hace más de cien años, es el tercer departamento con mayor pobreza
monetaria (38,5 %) y con anemia infantil de 58 %. Es decir, el departamento con
menor pobreza monetaria tiene casi el mismo nivel de anemia infantil que el
departamento que tiene los más altos niveles de pobreza monetaria. Y en todo el
país, de acuerdo con la Encuesta Demográfica y de Salud Familiar (ENDES)
efectuada el año pasado, el 43,6 % de niños menores de 35 meses padece anemia.
Entonces, en todo el Perú, casi uno de cada dos de estos niños padece anemia;
cifra que no se ha reducido respecto al 2016 (43,6 %) y al 2015 (43,5 %).
Así como la anemia infantil, también las
condiciones de vida de la población demuestran los niveles de pobreza en que
vive gran parte del pueblo peruano. ¡Lo que demuestra que los datos de pobreza
monetaria no reflejan la realidad de la pobreza en el Perú!
¿Por qué vemos estas clamorosas
contradicciones? Porque la pobreza monetaria es la más manipulable a favor del
Estado, porque permite esconder los reales niveles de pobreza al no considerar
otros aspectos fundamentales de las condiciones de vida de la población.
Claro que existen otras formas de medir la
pobreza, más objetivas, de carácter multidimensional. Como el Índice de Pobreza
Multidimensional (IPM) elaborado por el Programa de las Naciones Unidas para el
Desarrollo. Índice que, además de los ingresos, incluye otros tipos de carencias
que afectan la vida de las personas, tales como educación, salud y condiciones de vida, donde entran aspectos como
el acceso a electricidad, agua y
desagüe, vivienda y combustible para cocina. Aunque no existe
información reciente, según este IPM del 2012 el porcentaje de pobreza en el
Perú ascendió a 37 %. Mientras que la pobreza monetaria en ese año fue de
solo 25,8 %; es decir, escondía un tercio de la pobreza medida por el IPM. Por
tanto, para el 2017 estaríamos hablando de una pobreza de más del 31 %, según
el IPM.
Otro aspecto a prestar atención es que
quienes están por encima de los pobres (monetarios) son los de la llamada clase
media. ¿Y quiénes son considerados “clase media”? ¡Quienes tienen un ingreso
mayor a 338 soles mensuales! O sea, incluso los subempleados y quienes reciben
salarios por debajo del básico. De ahí que según estudio de la Organización para la Cooperación y el
Desarrollo Económico (OCDE) “el 40 % de la población de clase media en el Perú se encuentra en situación
vulnerable y puede volver a ser pobre”; y que: “A pesar del progreso
socioeconómico conseguido en los últimos años, muchos peruanos se hallan en una
situación de inestabilidad y que podrían fácilmente caer de nuevo en la pobreza si la economía experimenta cualquier
turbulencia o desaceleración”. Claro, porque ese “progreso socioeconómico” solo
ha beneficiado a la gran burguesía y a los monopolios imperialistas, quienes
han acumulado grandes capitales a costa de la plusvalía extraída al
proletariado y al pueblo.
Por tanto, el número de pobres es mucho mayor
al que indican los datos estatales (INEI), y estos encubren la explotación del
sistema capitalista, que con el neoliberalismo se ha acrecentado. El incremento
de la pobreza evidencia que el Estado y las clases dominantes solo se preocupan
por sus intereses, y en las crisis acrecientan la explotación del pueblo,
despellejándolo para salir de la crisis. Por eso mismo han reducido o congelado
el presupuesto de los programas sociales, traduciéndose en restricciones en el
acceso al SIS o en la disminución de beneficiarios en programas como Juntos.
Pobreza vinculada con el incremento de la desocupación,
que con el neoliberalismo ha crecido, y más en los últimos meses, y golpea al proletariado
y al pueblo. Miles no encuentran trabajo, por lo tanto no tienen ingresos que
les permita cubrir siquiera sus necesidades básicas. La desocupación es un
problema social que azota al proletariado y pueblo peruanos.
Por su parte el pueblo, la clase
obrera, el campesinado, pequeña burguesía y parte de la burguesía media con sus
luchas va agudizar la contradicción entre el proletariado y el Estado opresor
que es la contradicción principal de la sociedad peruana. Debemos desenmascarar
y combatir la idea de reducir la actual crisis general al “producto de la
contienda entre los fujimoristas”.
Las condiciones en que vive el proletariado y
el pueblo, producto de la explotación capitalista, demanda actuar y combatir en
todos los campos de la lucha popular, denunciar al sistema capitalista que
hunde en la miseria a las inmensas mayorías para beneficiar a la gran burguesía
y al imperialismo, desarrollar el camino del pueblo hacia el socialismo guiados
por la ideología científica del proletariado.
¡ABAJO LA EXPLOTACIÓN
CAPITALISTA!
¡DESARROLLAR LA LUCHA POR
LOS DERECHOS FUNDAMENTALES!
¡DESARROLLAR EL CAMINO DEL
PUEBLO HACIA EL SOCIALISMO!
Mayo 2018