Hacemos llegar nuestra solidaridad y
sentida preocupación a la clase obrera y pueblo del país hermano de México
quienes con estoicismo enfrentan las consecuencias de dos grandes y sucesivos terremotos.
Lamentamos las pérdidas humanas y
materiales producto de las profundas diferencias económicas y sociales, pues este
episodio de la naturaleza genera desastres mayores ahí donde la pobreza es más
honda. El rico recupera rápidamente las condiciones para seguir explotando,
pues tiene primas y seguros obtenidos de la plusvalía que cual vampiros
succiona a los obreros y trabajadores, mientras que estos además de perder a sus
seres queridos pierden los pocos recursos que arrancan al capitalista en la
batalla diaria por la subsistencia.
Compañero hermano mexicano, sigamos
combatiendo, alumbrados por la ideología del proletariado, por el
marxismo-leninismo-maoísmo. Organicemos la pobreza, organicemos las voluntades
para superar esta y otras desgracias que asuelan el orbe. La sociedad
socialista probó que se puede. No conformarse con las “ayudas”; en el Perú,
cuando el terremoto de Pisco 2007 se vio cómo miserables ricos acrecentaron sus
ganancias con el tráfico de la “ayuda”, y el propio gobierno propició que sectores
dueños de la industria de la construcción se beneficiaran elevando por las
nubes el precio de los materiales; muchos damnificados hace 10 años siguen
viviendo como si el terremoto hubiese sido ayer.
¡Volver a levantar la casa a la luz
del marxismo-leninismo-maoísmo!
20 de setiembre del 2017
Comité
Nacional de Presos Políticos y Prisioneros de Guerra del Perú