La larga y
justa gran huelga magisterial está llegando a su punto más alto, conquistando
un hito en la lucha popular, no solo por lo prolongada, sino por la
contundencia y unidad con que se moviliza la gran mayoría del profesorado
peruano, trabajando cohesionadamente dirigentes con las bases; y con la
participación y solidaridad de padres de familia, alumnos y pueblo peruano. Esta
lucha va dejando lecciones ejemplares de valentía, dignidad y cariño sobre todo
porque sirve a los menos favorecidos, los más pobres que solamente pueden
acceder a una educación pública. Y el pueblo de Lima ha recibido a los miles de
maestros de provincias abriéndoles su corazón, dándoles agua, alimentos y
cobijo hasta quitándose un medrugo de pan de su boca para darlo solidariamente
a un maestro. Bien dicen los maestros en sus arengas: ¿Cuál es el lema del
SUTEP? ¡Servir al pueblo de todo corazón!
Sin duda el
Estado busca que esta lucha del magisterio no deje un precedente ni sea ejemplo
de lucha para otros sectores populares igualmente postergados, por ello buscan
desprestigiarla, perseguirla y la atacan constantemente, como las difamantes
acusaciones por parte del Sr. Basombrío que hace méritos para aferrarse al
puesto y así obtener el galardón del “más rastrero y servil ministro de la
ultraderecha”. Este que mandó reprimir a los maestros con bombas lacrimógenas,
perdigones, varazos y rochabuses, este que ha dejado una profesora inválida y
muchos heridos, este que, tergiversando la realidad, afirmó que hay una
infiltración senderista en esta lucha y con total desparpajo asevera que hay un
brazo armado de sendero luminoso (totalmente inexistente) que “estaría” vinculado al Movadef (agrupación
política que busca participar de la vida política nacional), está demostrando una
vez más su incapacidad y oportunismo. Pero muy a pesar de toda la represión
desatada, esta protesta refleja indiscutiblemente un desarrollo de la lucha
popular por la conquista de sus derechos.
Bien claro está
que el Estado peruano afronta un grave problema, y es que hasta ahora no ha
logrado reactivar su economía pese a sus reiteradas promesas, por tanto la
clase y el pueblo sale a protestar en los diferentes sectores porque son
quienes sufren las consecuencias de la crisis; pero como siempre, usa su famosa
banderita, el “fantasma del terrorismo”, para criminalizar la lucha popular. Y
además desvía poniendo como blanco a los
ex prisioneros políticos, desatando toda una campaña de persecución política para
impedirles ejercer su derecho constitucional al trabajo, buscando cerrar todas
las puertas para ellos, aplicando en los hechos “la muerte civil”. Parte de
esta política persecutoria e inquisitorial del Estado peruano, son los
siniestros y difamantes reportajes que semanalmente hace la prensa reaccionaria
mediante radios y canales privados y medios de prensa escrita, para lo que
desvergonzadamente se prestan los ganapanes y seudo-investigadores de RPP,
Latina TV y América TV, entre otros.
La gran huelga
magisterial del 2017 es histórica, es un gran éxito del magisterio peruano que
saludamos y apoyamos resueltamente. Su firme decisión de continuarla hasta
alcanzar el trato directo y mayores logros para el magisterio y el pueblo
enfrentando la siniestra campaña obcecada y difamadora que busca enfrentar
padres contra maestros, pueblo contra pueblo, es muestra de la heroicidad del
pueblo peruano que no se arredra ante ninguna dificultad. Asumimos y agitamos
con los maestros sus consignas clasistas:
¡El pan que no
se lucha se come con vergüenza!
¡Siempre de
pie, nunca de rodillas!
¡La clase de
hoy se llama dignidad!
¡No somos uno,
no somos dos, ahora somos todos a una sola voz!
¡Estos son,
aquí están, los maestros del Perú!
¡Prensa
amarilla, informa la verdad!
¡El CEN ya
murió, las bases lo enterraron!
¿Cuál es el
lema del SUTEP? ¡Servir al pueblo de todo corazón!
¡El SUTEP
vuelve a ser clasista y combativo!
31 de Agosto 2017
Comité
Nacional de Presos Políticos y Prisioneros de Guerra del Perú