La intervención del doctor Abimael Guzmán, en la
audiencia del 27 de junio por el llamado caso Tarata, fue breve y contundente.
En breves segundos desnudó la farsa de juicio.
Demostró que al Tribunal no le interesa probar la
imputación hecha a los dirigentes del PCP. Porque ya tienen preparada la
sentencia para encerrarlos de por vida. Por eso no les interesa tener la
asesoría adecuada para conocer cómo es una guerra revolucionaria, cómo se la
dirige. Tampoco consideran las actas de los eventos del PCP para, como dijo el
doctor Guzmán, “ver la crítica furibunda que hicimos contra la acción esta de
Tarata”. Y fundamenta la razón política de esta crítica: “Llegamos a un
momento, el 91, que había que ganar a la burguesía nacional, ¿cómo le íbamos a
dar un golpe? ¿Cómo pues? No tiene sentido político... Fue un monstruoso error
de quienes lo cometieron.”
Además, recordemos, ya se ha realizado el juicio por
este hecho y se ha sentenciado. Y, por otro lado, el mismo Benedicto Jiménez,
oficial de la DINCOTE en 1992, reconoce que el objetivo no era Tarata. Dice, en
su libro La captura del siglo: “El
16 de julio de 1992, una camioneta (…) explosionó en la calle Tarata, en pleno
centro del distrito miraflorino y frente a un edificio de apartamentos cuando
cuatro senderistas tuvieron que abandonarla por desperfectos mecánicos y porque
ya habían prendido las mechas lentas. No
pudieron llegar a su objetivo que era el Hotel Las Américas.”
Nada de esto existe para el Tribunal, pues ya han recibido
la orden de sentenciar a los dirigentes del PCP y encerrarlos de por vida,
incluso a quienes ya cumplieron condenas de 25 años. Por eso no les interesa
presentar pruebas valederas. No pueden presentarlas porque no las tienen ni las
tendrán.
Respecto a la acusación de tráfico ilícito de
drogas, TID, el doctor Guzmán fue claro y contundente: “No soy de los que
envenenan, soy de los que pelean por la humanidad. ¡Eso es lo que he probado,
señor! Envenenadores, otros, que se llenan los bolsillos y están mandando en el
Perú. Esos son los culpables.”
Reafirma su condición de comunista combatiente por
el avance de la humanidad, para que la humanidad deje su prehistoria y alcance
el reino de la armonía y la libertad. Y denuncia a los verdaderos responsables
de envenenar, principalmente a la juventud, con las drogas, llenándose los
bolsillos con un negocio vil, y son quienes están mandando en el Perú. Por eso
hay quienes hablan de la narcotización del Estado y de la política reaccionaria.
Los hechos demuestran la afirmación del doctor Guzmán. Solo recordemos algunos
hechos: es del conocimiento público el cargamento de cocaína encontrado en el
avión presidencial; los vínculos de grandes narcotraficantes con los partidos
políticos de la gran burguesía, así como con altos mandos de las FFAA.
Asimismo, están probados los vínculos de narcotraficantes, como Vaticano o
Machi, con las FFAA en la lucha contrasubversiva, y de la utilización de vehículos
militares en el transporte de la droga.
Con la imputación de tráfico ilícito de drogas
buscan desprestigiar a los dirigentes del PCP, infamarlos, estigmatizarlos,
cubrirlos de lodo. Pero jamás podrán mostrar pruebas valederas, porque no
existen. No pasarán de inventarlas o presentar “testigos” con código, “testigos”
fabricados por el Estado.
Finalizó reafirmando su condición: “Nosotros somos
políticos, no somos ganapanes ni aventureros que nos pagan, no somos eso, somos
comunistas combatientes.” Sí, combatientes para barrer la explotación y
opresión y que el comunismo brille sobre la faz de la Tierra, donde el hombre
tenga la posibilidad de realizarse plenamente aportando al desarrollo de la
humanidad.
¡Abajo
la farsa de juicio!
¡Abajo
la persecución política contra los marxista-leninista-maoístas, pensamiento
gonzalo!
¡Solución
Política, Amnistía General y Reconciliación Nacional!
Julio
del 2017