ACERCA DEL
PRONUNCIAMIENTO DE LA MARINA
Altos mandos
de la Marina en situación de retiro han emitido un pronunciamiento, en relación
a la sentencia del Tribunal Constitucional que declara que el caso de “El Frontón”
constituye un delito de lesa humanidad y que es imprescriptible. Este pronunciamiento es importante porque
reconoce que “El Perú sufrió una larga guerra interna”, y que esta guerra “de
no detenerse hubiera acabado con el país, con sus instituciones y con el
régimen democrático”, que “nuestra
patria se encontraba muy próxima a caer en el abismo del totalitarismo
comunista”, y critica a quienes no
quieren ver esta realidad por “que
tienen una visión teórica muy ajena a la realidad de lo ocurrido.” En otras
palabras, se reconoce que la guerra popular avanzó a tal punto que cuestionaba
muy seriamente el poder de las clases explotadoras y opresoras y esto fue así
porque contaba con un importante apoyo
popular a nivel nacional e internacional. ¡A confesión de parte relevo de
pruebas! Pero además, las consecuencias inmediatas de esta sentencia sería que todos los que participaron en la
matanza de El Frontón, volverían a ser sometidos a un proceso judicial 31 años
después de los hechos, soslayando una solución política, con la consiguiente
reapertura de viejas heridas que aún se mantienen abiertas yendo en contra de
una reconciliación nacional.
En la guerra hubo dos partes:
1) Los que se levantaron en armas
para transformar esta sociedad en los años 80, lo hicieron para beneficiar al pueblo peruano construyendo una sociedad
de Nueva Democracia y cumplida ésta,
ininterrumpidamente pasar a la revolución socialista con rumbo al
comunismo, la sociedad de la real armonía y libertad. Ese era su rumbo y meta y
lo entregaron todo, dejaron sus hogares, familias, profesiones y dieron con heroísmo sus vidas por tan noble
ideal fundiéndose con los campesinos pobres en el campo, con las masas pobres de las barriadas, con los obreros y trabajadores,
estudiantes y maestros, estuvieron en todos los campos de la sociedad y en todo
eran ejemplares, por eso las masas los acogieron con profundo cariño.
2) El Estado peruano de grandes
burgueses y terratenientes, representados por sus gobiernos de turno, con el
apoyo del imperialismo que respondió aplicando una línea y política genocida. La
prueba son los más de 15 mil desaparecidos, miles de fosas comunes y decenas de miles asesinados vilmente. Ahí está
el tristemente célebre Cuartel de los Cabitos en Ayacucho, y en las ciudades
las detenciones y desapariciones de
quienes terminaron incinerados en el Pentagonito, para solo nombrar algunos
lugares y casos.
Sin embargo, habiendo concluido
la guerra hace 25 años, cuando no existía el delito de lesa humanidad en la
legislación nacional sino solo en la internacional, no corresponde esta
tipificación legal y eso se aplica a todos los casos sin excepción, incluida la
farsa de juicio del caso Tarata. Ni a Fujimori lo han condenado por ese delito.
Lo que se busca es poner un tapón a la amnistía general para que nunca salgan
los revolucionarios de la prisión, política del imperialismo contra la
revolución a nivel mundial. Y es que el problema es esencialmente político, no
jurídico. Hay la necesidad de resolver los problemas derivados de la
guerra interna que vivió nuestro país, resolverlos
políticamente a través de una amnistía general para civiles, policías y
militares y llegar al Bicentenario con un país reconciliado.