LOS MUERTOS QUE VOS MATÁIS GOZAN DE BUENA SALUD
Estas palabras del francés Pierre
Corneille en su comedia ‘El Mentiroso’ de 1643 bien las podemos aplicar al
señor Raúl González que, en su artículo ‘Los viejos fantasmas’, dice que
“Sendero Luminoso o el Movadef son sendos cadáveres políticos”, o a
aquellos otros que pregonaron y pregonan la “muerte del marxismo” y “el fin de
las ideologías”.
El marxismo es la ideología del
proletariado, última clase de la historia de la sociedad de clases, sepulturera
del capitalismo, como la práctica ha ido y viene demostrando desde hace 165
años contados a partir del ‘Manifiesto Comunista’. Sus certeras palabras
finales siguen siendo enteramente válidas: “Que la burguesía tiemble ante una
revolución comunista. Los proletarios no tienen nada que perder en ella salvo
sus cadenas. Tienen, en cambio, un mundo que ganar”.
La esencia del capitalismo es explotar al
obrero, la ganancia de la burguesía es el robo de la fuerza de trabajo del proletario.
¿Cómo entonces va a desaparecer la lucha obrera y popular por un mundo nuevo
mientras subsista el capitalismo y el imperialismo? Marx y el marxismo es
asumido por cientos de millones de personas en el mundo y existen cientos de
partidos organizados que se reclaman comunistas y practicantes del marxismo. Ni
la represión, la cárcel, la tortura, el destierro o la muerte pueden acabar con
una ideología científica.
A partir de 1917 se abrió la era de la
revolución proletaria mundial con el triunfo de la Revolución Socialista
de Octubre en Rusia dirigida por Lenin. En 1949 triunfó la Revolución China
dirigida por el Presidente Mao Tsetung. En otros países del mundo triunfaron
revoluciones populares y se formó un poderoso campo socialista que abarcó cerca
de la tercera parte de la humanidad. De 1917 a 1976 transcurrieron 59años de
construcción socialista, grandiosa e imborrable experiencia que fue esperanza
concretada de la humanidad. La ofensiva contrarrevolucionaria mundial del
imperialismo, el revisionismo y la reacción llevaron a las derrotas de las
grandes revoluciones soviética y china, no porque la línea política general de
la revolución sea errónea sino por el insuficiente desarrollo de las fuerzas
nuevas. ¿Acaso la revolución burguesa no triunfó primero y luego fue derrotada
para volver a triunfar y volver a ser derrotada hasta que finalmente se impuso?
La revolución proletaria mundial culminó una gran ola y se viene desenvolviendo
una nueva. Esa primera gran ola nos dio a grandes titanes del pensamiento y la
acción como Marx, Lenin y Mao Tsetung y nos dio la inmarcesible ideología
proletaria, el marxismo-leninismo-maoísmo.
Por supuesto que hay cambios en el mundo
actual pero la esencia explotadora del capitalismo y el imperialismo, hoy bajo
la forma de la globalización, no ha cambiado ni cambiará. La crisis económica
mundial del 2008 generó la más grande desocupación de los trabajadores, la
desigualdad entre ricos y pobres es mayor que antes en todo el mundo, las
guerras de clases y entre naciones no se han detenido ni un minuto,
cientos de millones siguen muriendo de hambre y, como no podía ser de otro
modo, los pueblos resisten y combaten al imperialismo y la reacción que, a su
vez, compiten entre sí encarnizadamente por las mayores zonas de dominio. Mas
para que avance la lucha revolucionaria es imprescindible la dirección del
marxismo-leninismo-maoísmo como la ideología del proletariado y su aplicación
creadora a las condiciones actuales del mundo y en cada país.
¿Y la situación del Perú cómo ha
cambiado? En síntesis, la sociedad peruana ha devenido capitalista y el
carácter actual de la revolución es socialista. Pero es inaceptable creer como
dice el señor González que “lo que los marxistas
llaman, las condiciones objetivas; es decir, miseria, hambre, marginación,
exclusión, no acceso a la educación ni a la salud, desmoralización nacional y escasez
de expectativas … no existen”, que “Nada de lo anterior existe” y que “el
país, la realidad, el contexto, todo ha cambiado. Hoy la realidad es otra.”
¿En qué país vive el señor González? ¿No es miseria que según cifras
oficiales el 52.2 % de Cajamarca sea pobre, que el 2013 en 8 regiones ha
aumentado la pobreza, que la desigualdad entre ricos y pobres se mantiene
dentro de una América Latina que es la región más desigual del mundo? ¿No es hambre que el 82 % de niños ashánincas,
el 52 % de criaturas huancavelicanas y que dos de cada diez niños peruanos sufran
desnutrición crónica o que haya más de medio millón de niños peruanos menores
de 5 años con retraso de crecimiento ostentando un triste récord
latinoamericano? ¿No es eso genocidio en la cuna? ¿No hay marginación y
exclusión para los trabajadores en el Perú cuando es nuestro país el que tiene
otro récord en la región en cuanto a pérdida de derechos laborales? ¿Acaso el
Foro Económico Mundial no ha establecido
que el Perú ha retrocedido en salud y educación? ¿En educación no tenemos un récord
mundial de ser últimos en comprensión de lectura, matemáticas y ciencias y se
han cerrado las puertas universitarias a los pobres? ¿Y qué moral nacional
puede desenvolverse cuando los medios de comunicación están totalmente
controlados por la derecha, la corrupción corroe todo el aparato estatal, se
incentivan los programas basura en la televisión y la inseguridad golpea a las
masas populares? ¿y qué expectativas puede tener el pueblo cuando la jornada de
trabajo bordea las doce horas diarias, la subocupación se ha generalizado,
cientos de miles de niños tienen que trabajar para subsistir y millones de masas
se hacinan en barrios alrededor de las ciudades, o cuando el Perú es el primer
productor de coca y de pasta básica en el mundo, producción que abastece al
narcotráfico, o cuando la Organización Mundial de la Salud comprueba que Lima
es la ciudad más contaminada de América Latina? Este es el Perú capitalista de
hoy, dependiente del imperialismo y con rezagos semifeudales, y no el que nos pinta
la derecha reaccionaria con su defensor González.
Por tanto, si hay explotación y opresión, habrá lucha y resistencia. Así
de simple. Esas condiciones objetivas madurarán la revolución, y el viejo
fantasma comunista, que tanto obsesiona a las clases dominantes, arraigará en
las masas a condición que se aplique el marxismo-leninismo-maoísmo a nuestra
realidad.
junio 2014
Colectivo Trabajo
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